En la producción de remedios para las
enfermedades, los homeópatas usan un proceso llamado "dinamización" y
"potenciación", donde una sustancia es diluida con alcohol o agua
destilada y luego es agitada vigorosamente por 10 golpes duros contra un
cuerpo elástico, proceso que llaman "sucusión”. Hahnemann defendió el uso
de sustancias que producían síntomas similares a aquellos de la enfermedad
tratada, pero encontró que dosis sin diluir intensificaban los síntomas y
exacerbaban, algunas veces causando reacciones tóxicas peligrosas. Por ello
especificó que las sustancias fueran diluidas, debido a su creencia que la
sucusión activaba la "energía vital" de la sustancia diluida y
la hacía más fuerte. Para facilitar la sucusión, Hahnemann le pidió a un
artesano de montura que construyera un tablón de madera especial para golpear
cubierto en cuero por un lado y relleno con crines. Sólidos insolubles,
como el granito o el platino, se diluyen moliéndolos con lactosa
("trituración").
DISOLUCIONES
Existen tres escalas
logarítmicas de potencia de común en la homeopatía. Hahnemann creó la
escala centesimal o "escala C", diluyendo una sustancia por un factor
de 100 en cada etapa. Esta fue la preferida por Hahnemann por la mayor parte de
su vida. Una disolución 2C requiere que una sustancia sea diluida a una parte
en cien y luego una parte de esta disolución sea nuevamente diluida por el
mismo factor. Esto resulta en un preparado con una parte de la sustancia
original cada 10 000 partes de solución. Una solución 6C repite el
proceso seis veces, lo que concluye con la sustancia original diluida en un
factor de 100−6=10−12 (una parte en un billón o
1/1 0001 0001 0001 000). Disoluciones mayores siguen el
mismo procedimiento. En la homeopatía, una solución más diluida es descrita
como poseedora de una mayor potencia y los homeópatas
consideran que las sustancias más diluidas son remedios más fuertes y de acción
más profunda. A menudo, el preparado final está tan diluido que es
indistinguible del diluyente (agua destilada, azúcar o alcohol puros). Existe
también una escala de potencia decimal (anotada como X o D) en la que el
remedio es diluida por un factor de 10 en cada etapa.
Hahnemann defendió los preparados 30C para la
mayoría de los propósitos (esto es, una disolución con factor de 10). En su
tiempo, era razonable asumir que los remedios podían diluirse indefinidamente,
ya que el concepto de átomo o molécula como la unidad más
pequeña de una sustancia química recién estaba empezando a ser conocida. Ahora
sabemos que la mayor disolución en la que es razonablemente probable encontrar
al menos una única molécula de la sustancia original es 10 (12C en
notación homeopática).
Tanto los críticos como los
defensores de la homeopatía usualmente intentan ilustrar las disoluciones utilizadas
en la homeopatía con analogías. Se dice que Hahnemann bromeó que un
procedimiento adecuado para encargarse de una epidemia sería vaciar una botella
de veneno en el lago de Ginebra, si pudiese sucusionarse 60 veces. Otro
ejemplo es la equivalencia de una disolución 12C a una "pizca de sal en
los océanos Atlántico sur y norte", lo que es aproximadamente
correcto. Un tercio de una gota de la sustancia original diluida en todas
las aguas de la Tierra produciría un remedio con una concentración de alrededor
de 13C. Un popular remedio homeopático para la gripe es una disolución 200C de
hígado de pato, comercializado bajo la marca Oscillococcinum. Ya que
existen alrededor de 1080 átomos en todo el universo
observable, una disolución de una molécula en todo el universo sería de
alrededor de 40C. Oscillococcinum requeriría por tanto 10 universos extras
para conservar simplemente una única molécula en el producto final. Es por
estas razones que las disoluciones altas, de uso típico, son consideradas como
el aspecto más controvertido e implausible de la homeopatía
No todos los homeópatas defienden las
disoluciones altas en extremo. Remedios de potencias bajo 4X son consideradas
una importante parte de la herencia homeopática. Muchos de los homeópatas
tempranos fueron originalmente médicos y generalmente usaban disoluciones bajas
como 3X o 6X y raramente iban más allá de 12X. La separación entre disoluciones
bajas y altas se derivaba de actitudes ideológicas. Aquellos que preferían las
disoluciones bajas enfatizaban la patología y un fuerte lazo a la medicina convencional,
mientras que aquellos que preferían las disoluciones altas destacaban la fuerza
vital, los miasmas y una interpretación espiritual de la enfermedad. Algunos
productos con tales disoluciones relativamente bajas continúan vendiéndose,
pero al igual que su contraparte alta, no han demostrado tener un efecto
superior al de un placebo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario